sábado, 17 de marzo de 2012

Era perfecto..


Recuerdo su cara. Y su forma de reír, ¡Dios qué risa tiene! Es una carcajada limpia y fresca, totalmente natural. ¿Y su sonrisa? Te juro que no miento cuando digo que tiene la sonrisa más preciosa de éste mundo. Yo, al menos, no he visto nada parecido a tal monumento. Me hacía vibrar, sonreír y hasta con un simple chasquido de sus dedos temblar y llorar. Cambiaba mi estado de ánimo cada tres minutos, y yo eso lo odiaba pero al mismo tiempo deseé que nunca dejara de hacerlo. Era él, simplemente él. Y ahora lo echo tanto de menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario